Always silver

Como bien dice el título, la falda y los pendientes son los protagonistas de hoy.

La falda es increíble, no puede ser más cómoda y bonita. ¡Os vais a cansar segurísimo de vérmela por IG! Pero es que, no puedo dejar de ponérmela y combinarla de mil formas.

Da tanto juego a cada look... que creo que va a ser mi prenda estrella de este otoño.

Y los pendientes... yo creo que le quedan bien a cualquiera, ¡son demasiado preciosos!

¡No me digáis que ambas cosas no son una auténtica pasada!

Tanto la falda plateada,

como los pendientes triangulares,

son de ZAFUL.

(¡Pulsando os lleva directos a la prenda y a la web!)

Y, por supuesto, no puedo olvidarme de las preciosas gafas que llevo, ¡son de LMNT!

Y... ya está llegando el otoño...

qué extrañeza me causa esta estación, sobre todo en los años que llega pronto, como antes de tiempo, como si tuviera alguna prisa por pasar rápido.

Pese a ello, no me parece feo, ni mucho menos.

Todo lo contrario, el otoño es bonito. Llueve y el tiempo no es estrictamente el frío invernal de la navidad. Aún se ve gente por la calle, apurando los últimos momentos de sol. Incluso el cielo parece triste en este periodo, como grisáceo... a veces pienso que él también sufre al ver escapar el verano, y con ello sus vacaciones (en invierno tiene que trabajar con la llegada de la lluvia y las tormentas jajaja).

Llegan los lunes de octubre, esas mañanas en las que levantar parezca una tarea imposible, y esas tardes-noches en las que la vuelta a casa en un tren, mirando por la ventana como la noche se recuesta sobre nuestro horizonte, saben a melancolía.

Me gusta el otoño, pisar las hojas amarillas que deciden que no más, que hasta ese momento quieren seguir colgadas de aquel árbol que lo único que les da es una especie de amor imposible.

Y hablando de amores; me gusta el otoño, además, porque es esa época en la que si te fijas encuentras al amor tirado en cualquier acera, pero no importa, no contamina: el amor es biodegradable.

Nunca avisa de cuando llega, y su duración es inestimable ("el otoño duró lo que tarda en llegar el invierno"); aunque su llegada avisa del invierno; y cuando aparece, cuelgan de su mano la melancolía y la belleza.

Un otoño más, que se asentará pronto en la ciudad.